La revolución de la gastronomía inmersiva con inteligencia artificial
- Grupo Seratta
- 28 ago
- 2 Min. de lectura

En Bogotá nació un concepto que transforma la manera de vivir la alta cocina. Más que un restaurante, se trata de una experiencia multisensorial que mezcla gastronomía de autor, arte escénico y tecnología inmersiva impulsada por inteligencia artificial. Aquí, cada cena es una obra en movimiento que envuelve los sentidos y sumerge a los comensales en un viaje único.
La experiencia comienza desde el ingreso: un pasillo iluminado en tonos futuristas anticipa lo que está por suceder. Al llegar a la sala, diseñada para un número reducido de asistentes, todo se transforma. Las paredes, el techo y hasta la mesa se convierten en lienzos vivos gracias a proyecciones audiovisuales creadas con IA. Una narrativa envolvente, conducida por actores y una maestra de ceremonias, guía a los visitantes a través de distintos mundos.
Compuesto por 11 pasos de alta cocina, no se sirve de manera convencional. Cada plato se sincroniza con imágenes, sonidos y atmósferas diseñadas para potenciar sabores y emociones. Un bocado puede llevarte a recorrer paisajes colombianos, trasladarte a un universo cósmico o sumergirte en un escenario fantástico que se despliega ante tus ojos.
Lo más innovador de esta propuesta es el uso de la inteligencia artificial aplicada a la experiencia culinaria. La IA no solo coordina proyecciones en tiempo real, sino que también construye atmósferas dinámicas capaces de transformar la percepción del espacio y amplificar la conexión emocional de los asistentes. La cena deja de ser un acto gastronómico para convertirse en una historia que se vive con todos los sentidos.
En una ciudad que cada vez se consolida más como capital gastronómica de la región, este proyecto marca un hito: demuestra cómo la tecnología, lejos de reemplazar lo humano, puede potenciar la creatividad, la interacción y el placer de compartir la mesa.
Más que un lugar para comer, es un viaje al futuro de la gastronomía. Una experiencia que no se cuenta: se vive.
Comentarios